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viernes, 28 de septiembre de 2018

NI TODA VERDAD ES BUENA, NI TODA MENTIRA MALA.

Son muchas las ocasiones en las que me planteo si tomo decisiones adecuadas. Siempre decimos “lo importante es educar en el valores” ¿pero de verdad sabemos cómo hacerlo? Opino que la teoría es muy bonita, pero la práctica no lo es tanto... 
Hablemos del valor de la Sinceridad. Le digo a mi hijo, “no está bien mentir”, pero luego están las mentiras piadosas, las políticamente correctas; las mentiras que envuelven una sorpresa o un regalo de cumpleaños; las excusas que evitan problemas... “hay que ser sinceros, pero no digas todo lo que piensas, ni todo lo que sientes, en cualquier momento y cualquier lugar..." Y en ese marco de sinceridad/mentira/inocencia/educación/protección está el Ratoncito Pérez, los Reyes Magos...y también los momentos difíciles y dolorosos como las enfermedades, los fallecimientos...

He leído mucho sobre la Verdad y los niños, y existe una corriente que defiende que a los niños se les cuenta todo. Yo sinceramente creo que todo tiene su momento, su espacio y su forma.
Me gusta ver cómo se iluminan sus ojos cuando hablamos de magia y de todos esos personajes fantásticos. Me gusta que se duerma sintiéndose seguro de que sus padres y las personas que lo quieren, estarán ahí siempre, para cuidar de él y protegerle. 

La mentira es una herramienta. No es nociva, simplemente es como un cuchillo en la cocina. Su uso es lo que determina si es buena o no.

Me decía un joven con asperger, “las personas normotípicas pueden decir cosas que no piensan, y eso les permite protegerse o evitar hacer daño a otras personas” creo que fue entonces cuando comprendí el valor de la mentira.  

Ni toda verdad es buena,ni toda mentira mala.

En ese marco de verdades, existe la tendencia de hablar de todo con los niños, incluidas las preocupaciones del mundo adulto. La mayoría de nuestras preocupaciones, jamás se llegan a cumplir. ¿Por qué trasladar a mi peque, entonces, mis preocupaciones ? ¿Por qué hablarle de cosas que no puede entender, o que le generan emociones que le vienen grandes? si si, le vienen grandes, porque el hecho de que las comprenda, no necesariamente implica que tenga competencias cognitivas para gestionar las emociones que genera esa comprensión.


"Me declaro fiel defensora, de su derecho a la inocencia y sentimiento de seguridad y felicidad."

Y por otro lado, ¿por qué iba a negar el valor de la mentira? Mentiría si dijese que todo el mundo dice la verdad. 
La mentira es una herramienta y por tanto no creo que deba renegar de ella, sino educar a mi hijo en su uso responsable.

Cómo siempre, comparto una reflexión, no una “Verdad”, con objeto de invitarles a pensar en ello. Educar no es sinónimo de criar. Educar es una práctica que se nutre de las reflexiones que tenemos como padres/madres, y que contribuyen a formar el modelo educativo de cada uno/a quiere para su hijo/a.

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