Decirle a un peque que tiene la letra más bonita del mundo, es casi mágico. Da igual cómo tenga su letra, automáticamente intentará hacer lo posible por mejorarla. A esto se le llama Efecto Pigmalión o Profecía Autocumplida.
Me gusta difundir esta teoría, porque tiene un gran impacto en la educación de nuestros peques, aunque ya les digo que empleada esta técnica con adolescentes y adultos, también da resultados interesantes.
Según esta teoría, las expectativas que de alguna manera trasladas a una persona, tienen gran influencia en su conducta, hasta el punto de terminar ajustándose a dichas expectativas.