CAMBIO LÍMITES POR RETOS. EFECTO PIGMALIÓN

Decirle a un peque que tiene la letra más bonita del mundo, es casi mágico. Da igual cómo tenga su letra, automáticamente intentará hacer lo posible por mejorarla. A esto se le llama Efecto Pigmalión o Profecía Autocumplida. 

Me gusta difundir esta teoría, porque tiene un gran impacto en la educación de nuestros peques, aunque ya les digo que empleada esta técnica con adolescentes y adultos, también da resultados interesantes.  

Según esta teoría, las expectativas que de alguna manera trasladas a una persona, tienen gran influencia en su conducta, hasta el punto de terminar ajustándose a dichas expectativas.

Desde este enfoque, no confiar en que mi hijo vaya a aprobar un exámen, o realizar una acción determinada, contribuye a aumentar las probabilidades de que no lo consiga. Esas expectativas, generan un pensamiento consciente o inconsciente, "no soy capaz"; y ese pensamiento a su vez, da lugar a conductas que sabotean su objetivo. 

Por el contrario, si siente que confiamos en sus posibilidades, él también confiará en sí mismo. Su pensamiento irá en la línea de “puedo”, ”lo voy a conseguir”, acompañado de conductas a fines a ese pensamiento.   

" Trata a una persona como es, y seguirá siendo lo que es. 

Trátala como puede llegar a ser, y se convertirá en lo que puede llegar a ser." 

GOETHE.

Decía Vigotsky, que el lenguaje interno, tiene lugar después del lenguaje externo. Luego, las palabras en las que apoyamos la confianza que tenemos en nuestro peque (lenguaje externo), son mensajes que formarán parte de su lenguaje interno y por tanto influirán en la formación de su autoconcepto. Es decir, de lo que cree que es, o puede hacer.

Ésta es la razón por la que las palabras son tan importantes. Son la base de la seguridad, del autoconcepto, la autoconfianza, y la autoestima. Deben facilitar un desarrollo libre de etiquetas y de límites. Rico en confianza y seguridad. Ya que creer en uno mismo, es lo que te permite avanzar, crecer, y levantarte tras una caída.    

Una anotación importante. Se debe tener cuidado con la presión que se genera cuando las expectativas que se trasladan, son superiores a las posibilidades reales de alcanzar el objetivo.

Esto es muy importante, porque puede generar ansiedad innecesaria. Cada niño/a tiene un ritmo de desarrollo y de aprendizaje diferente. No debemos forzarlo. Simplemente se trata de generar confianza. 

Les pongo ejemplos. 

Cuando mi peque me dice...

“Yo no sé” o “yo no puedo”. Le corrijo con alguna frase de éste estilo,

" Aún" 

“Tiempo al tiempo”

“ Puedes aprender”

“ Puedes conseguirlo practicando”

 Cuando quiero corregir o mejorar algo, le digo...

“Lo estás haciendo genial, pero si además lo haces de ésta otra manera, sería alucinante”

“Se me ocurre otra manera de hacerlo”

“Ojalá lo hiciera tan bien cómo tú. Pero,¿puedes mejorarlo? sería increíble”

De esta manera cambio límites por 

  retos.

"No me digas que el cielo es el límite, cuando hay huellas en la luna." Paul Brandt.